domingo, 10 de julio de 2011

¿Cómo llamar a la policía?

Tengo un sueño muy ligero, y la noche pasada noté que había alguien andando sigilosamente por el jardín de mi casa.

Me levanté silenciosamente y me quedé siguiendo los leves ruidos que venían de afuera, hasta ver una silueta pasando por la ventana del baño.

Como mi casa es muy segura, con rejas en las ventanas y trancas internas en las puertas, no me preocupé demasiado, pero estaba claro que no iba a dejar al ladrón ahí, contemplándolo tranquilamente.

Llamé al 112 e informé la situación y di mi dirección.

Me preguntaron si el ladrón estaba armado; de que calibre era el arma; si estaba solo; si ya estaba dentro de la casa ; etc., etc.

Aclaré que no y que de las características del arma no sabía nada.

Me dijeron que no había ningún coche para ayudar, pero que iban a mandar a alguien en el momento que fuera posible, que si pasaba algo que volviera a llamar !!!

Dos minutos después llamé nuevamente y dije con voz muy calmada:
- Hola, hace un rato llamé porque había alguien en mi jardín. No hay necesidad de que se apuren. Yo ya maté al tipo con dos cartuchazos de la escopeta de caza, que tengo guardada para estas situaciones. Y el tiro se lo pegué en el pecho !... Tiene un agujero como el Tunel del AVE y las tripas están ahora dispersas por el jardín...

Pasados menos de tres minutos, había en la calle 5 coches de la Policía; un helicóptero de Guardia Civil , el Juez de guardia, 2 patrullas de Protección Civil, un equipo de Telecinco, 6 fotógrafos y un grupo de derechos humanos, que desde luego no se perderían esto por nada del mundo.

La Policía agarró al ladrón in fraganti, quien estaba mirando todo con cara de asombro, tal vez pensando que la mía era la casa del Comisario Jefe de Policía.....

En medio del tumulto, un Picoleto se aproximó y me dijo:
- Creí que había dicho que había matado al ladrón.
Yo le contesté:
- Creí que me habían dicho que no tenían a nadie disponible para mandar.

El cuadrado magico de Alberto Durero


Buceando en cenizas volcanicas

Buzo intentando nadar en el lago Nahuel Huapi, el cuál se encuentra cubierto por una gruesa capa de cenizas volcánicas emitidas por volcán Puyehue.

Orangután salva un pájaro de morir ahogado

La historia sucedió en un zoo de Irlanda. En un primer momento, el orangután intenta rescatarlo con una hoja; pretende que el pequeño pájaro se agarre con su pico. Pero como no puede, finalmente lo recoge con su mano y lo pone a salvo.

El vídeo fue grabado en el año 2007, pero las imágenes han visto ahora la luz. Se aprecia cómo el primate mira a la cría con una mezcla de curiosidad y ternura. Lo sube, para poder verlo más de cerca, e incluso le levanta el pico para ver todos sus rasgos.

Mientras, los afortunados visitantes que contemplaban la acción, rompían en aplausos para celebrar la gesta de una nueva fábula. La del oraguntán que salvó a un pajarillo de morir ahogado.



Pescar una sirena

Una mujer se quedó embarazada cuando ya estaba embarazada

La protagonista de esta increíble historia es Julia Grovenburg, de 33 años y natural de Arkansas. Ella y su marido, Todd, llevaban tiempo buscando un hijo y sopesaron la posibilidad de adoptar. Antes de tomar la decisión de una adopción, hicieron un último intento por concebir un hijo. Fue así como la prueba de embarazo dio positivo un domingo de julio de 2009.

Pero la sorpresa vino más tarde cuando a las dos semanas, volvió a quedarse embarazada. Dos de sus óvulos fueron fecundados en dos momentos distintos.

Esta rareza se conoce con el nombre de superfetación y se trata de la fertilización exitosa de un óvulo liberado cuando ya existe un embarazo. Son dos seres de distinta edad gestacional, por lo que desde el punto de vista médico no son gemelos.

El propio doctor quedó descolocado ante la imagen de la ecografía en la que se veía a dos bebés distintos, en dos placentas diferentes, y uno de ellos bastante mayor. Julia se había quedado embarazada dos veces en el plazo de quince días.

Ambos bebés - una niña, Jillian (considerada la mayor), y un niño, Hudson- nacieron hace poco más de año y gozan de buena salud.

El caso de Julia Grovenburg ha dado la vuelta al mundo al convertirse en una de las once mujeres, registradas por la ciencia médica, que han quedado embarazadas estando ya en estado de gestación.

Fuente

Cortar un ataúd en pleno funeral

Lo que no había pasado nunca en la historia del cementerio municipal de Sax ha pasado esta semana. El sepulturero se encontró en la mañana del jueves con un problema inesperado en el momento más desgarrador, el más duro, para quien se dispone a dar el último adiós a un familiar o amigo querido al que va a enterrar.

La caja del difunto no cabía en el nicho. Y no era un nicho de la zona antigua sino de la nueva y, además, de la última tramada de sepulturas cuya construcción es muy reciente. El moderno féretro no entraba porque la parte de la cabeza era demasiado voluminosa para el nicho asignado, que es de tamaño estándar como todos los que se han construido en la última década en el camposanto sajeño.

El problema no era de profundidad ni de altura. Era un problema de anchura. Exclusivamente. Viendo que se trataba de una misión imposible el enterrador echó mano de la paleta del yeso e intentó rebajar, a golpes, el embellecedor externo que rodeaba el ataúd por la parte inferior. Pero no pudo ser. No había manera de que la caja entrara en el hueco. Ni siquiera a empujones con la ayuda de otro compañero y del responsable de la funeraria.

Los familiares y amigos contemplaban la escena en riguroso silencio pero algunos comenzaban ya a desesperarse. Así que al conserje del cementerio no le quedó más remedio que tomar una drástica medida. Se fue a buscar la máquina radial y se empleó a fondo y con precisión para poder rebajar el féretro intentando, eso sí, minimizar los "daños colaterales". De este modo cumplió con su obligación de dar sepultura al difunto lo antes posible y con el mayor decoro posible. Tal y como fue.

Pero, como es normal, a los familiares del fallecido, algunos de los cuales se desplazaron a Sax desde Elda y Dénia, les disgustó lo sucedido y así lo hicieron saber al finalizar la "accidentada" inhumación. Una queja que ha obtenido una rápida y diligente disculpa pública por parte del concejal de Cementerio, Pedro Iborra, quien ha lamentado lo sucedido pese a que no lleva ni un mes al frente del cargo.

Por su trabajo él conoce muy bien el sector funerario y, casualmente, tan pronto como tomó posesión de la concejalía estuvo hablando con el arquitecto municipal con el fin de acelerar el proceso para construir, al menos, una nueva tramada de nichos con una doble finalidad. La de hacer frente a la demanda de enterramientos dado que quedan menos de 30 sepulturas libres y, al ritmo habitual de defunciones de Sax, se agotarán en un plazo de cuatro meses. Y también la de reservar las esquinas del nuevo bloque para acoger a los ataudes que, como ha sido el caso, cuenten con medidas especiales. "Entiendo el malestar de la familia porque lo que ha sucedido es muy duro pero vamos a evitar que situaciones de este tipo, que jamás se habían producido con anterioridad, puedan volverse a repetir en el futuro", comentó ayer el concejal, quien ya había previsto adoptar una solución aunque la fatalidad se le ha adelantado.

Pero lo sucedido en Sax ya ha ocurrido con anterioridad y en más de una ocasión en el cementerio viejo de Elda, y también en el de Petrer. No así en el nuevo camposanto eldense donde hay filas especiales para, precisamente, no tener que echar mano de la radial en pleno funeral.

Tormenta de arena en Arizona