lunes, 12 de noviembre de 2012
Libro Guiness
Diversos personajes se acercaron a la
sede de la famosa Guía Guiness de records mundiales para ‘renovar sus títulos’.
Entró Cenicienta y
a los cinco minutos salió llena de alegría:
- ¡¡Sigo siendo la más bella del Mundo!!
Luego entró Pulgarcito y a los pocos
minutos salía saltando y de lo más contento:
- ¡¡Todavía no hay nadie más pequeño que yo!!
Entró DUMBO y
enseguida salió feliz, batiendo sus orejas:
- ¡¡AÚN SOY EL ÚNICO ELEFANTE VOLADOR!!
Entró ALÍ
BABÁ escoltado por sus 40 ladrones…
y a los 10 minutos salió rojo de la
rabia, insultando y gritando en alta voz:
¿¿¿Quién coño es Bankia???
¿Cornudo yo?
Un individuo sorprendió a su mujer en la cama con otro...
Buscó
una pistola y con cuidado para no ser percibido por los infieles,
apuntó y cuando ya estaba listo para disparar la primera bala, se paró a
pensar.
Fue entonces cuando se dio cuenta cómo había mejorado en los últimos tiempos su vida de casado .
Su
esposa ya no le pedía dinero para comprar carne ni para comprar
vestidos, joyas o zapatos, a pesar de que todos los días aparecía con un
vestido nuevo, una joya nueva o unas sandalias de marca, y hasta
algunos días comían pescado fresco y marisco
Los niños cambiaron la escuela pública del barrio por un colegio privado en una zona elegante de la ciudad.
Y
qué decir del nuevo 4x4 que su mujer había comprado, a pesar de que él
no había tenido aumento de sueldo en los últimos cuatro años y que por
eso ya no le daba dinero todos los meses.
Nunca habían tenido
tanta abundancia en casa como en los últimos meses. Y las cuentas de
luz, gas, agua, teléfono, móvil, internet y de las tarjetas de crédito,
hacía tiempo que ni oía hablar de ellas.
El caso es que su mujer
era un BOMBÓN. Una mezcla de Nicole Kidman con Khaterine Zeta Jones
enriquecida en un caldo de Elizabeth Hurley. Una hembra de locos, súper
guapa y con un cuerpazo.
Guardó el arma con el mismo cuidado
para no ser percibido y fue saliendo de la casa sin hacer ruido para no
molestar a la pareja. Paró en la puerta. Encendió un cigarrillo,
reflexionó un poco y dijo para sí mismo:
- El tío paga la servidumbre
- el supermercado
- la educación de los niños
- las cuentas de la casa
- el coche.
¡Todos los gastos!
Y yo me voy a la cama con ella todos los días... y gratis...
- ¡Qué coño!... ¡El CORNUDO es él!
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